Del 15 al 17 de noviembre, el Micro Estadio Malvinas Argentinas de Buenos Aires fue el escenario de uno de los eventos más importantes del taekwondo nacional: el “Campeonato Panamericano Argentino Open para el estilo ITF”. Un total de 12 competidores de la Escuela Ciclo Marcial de Gualeguaychú participaron en este torneo, enfrentándose a atletas de nueve países y logrando destacarse por su esfuerzo y perseverancia.

Lucrecia Benítez, instructora de los deportistas, compartió su emoción por la experiencia vivida. “Para todos fue una experiencia increíble. Después de haber terminado el torneo, y vivido lo que vivimos, los chicos nos decía ‘no podemos creer que ya se terminó’. Volvimos con un campeón en lucha, Ayrton Gelli, y dos medallas de bronce en lucha, de parte de Donato Benedetti y Exequiel Verón”, expresó, visiblemente emocionada por el rendimiento de sus alumnos. Gelli, cinturón verde, se consagró campeón de su categoría luego de una lucha final llena de nervios y tensiones. Por su parte, Benedetti, demostró un gran coraje, logró el tercer puesto en su categoría. El mismo logro alcanzó Verón, con un esfuerzo admirable.

Los días de torneo fueron intensos: el viernes comenzaron con el pesaje, el sábado se realizaron las competencias de formas, y el domingo continuaron con las luchas hasta altas horas de la noche.

El viaje no estuvo exento de dificultades. A pesar de la falta de apoyo económico externo, los competidores de Gualeguaychú lograron viajar gracias al aporte propio de los padres y las gestiones de la escuela. “Nos sentimos sumamente orgullosos por los tres días del torneo que vivimos. Más allá de que se gana y se pierde en esta disciplina deportiva, nosotros volvimos muy contentos. Más que orgullosa para la Escuela Ciclo Marcial de Franco y Rosario, y más que orgullosa en el sentido de que nadie nos dio una mano, nadie nos llamó para decir te dono 10.000 pesos. Buscamos la manera de ir a competir y lo logramos, a pesar de todo sentimos el orgullo de que eso no nos pesa porque valió la pena, porque todo se puede, nada es imposible, y cuando uno se fija las metas las alcanza como sea”, destacó Lucrecia Benítez.

La instrucción no solo se centró en la técnica, sino también en valores fundamentales del taekwondo, como el respeto, la humildad y la responsabilidad. Lucrecia resaltó que el taekwondo “no es sólo un deporte, es una filosofía de vida”, y que el verdadero objetivo es formar personas íntegras, con principios sólidos y un carácter firme. “Lo más importante es enseñarles a ser buenos seres humanos, a respetar a los demás, a trabajar con sacrificio. Muchas veces se puede perder en el deporte, pero también está la victoria y el sacrificio. Nosotros transmitimos el mensaje de entender que las metas se alcanzan con esfuerzo y dedicación”, afirmó.

El grupo regresó a Gualeguaychú el domingo por la noche, agotados pero satisfechos por la experiencia vivida. La emoción fue palpable, tanto en los competidores como en los instructores y padres que los esperaban. “Me siento como en familia. Lo que vivimos fue mucho más que un torneo. Es un proceso de crecimiento personal que los chicos llevan consigo para toda la vida”, concluyó Lucrecia Benítez, destacando la importancia del apoyo familiar y la unidad dentro del grupo.

El torneo no sólo fue una oportunidad para medirse con los mejores, sino también para que los jóvenes deportistas comprendieran el verdadero sentido del esfuerzo, la disciplina y el trabajo en equipo. Durante meses, previos al torneo, La Escuela Ciclo Marcial de Gualeguaychú estuvo vendiendo desde ravioles, rifas y hasta pollos para poder llegar a cumplir con el importe de la inscripción. Contra viento y marea, demostraron que, a pesar de las adversidades, siempre es posible alcanzar el éxito cuando se trabaja con pasión y dedicación.

FUENTE: Diario El Argentino